Me perdono a mi mismo por haberme permitido y aceptado sentir vergüenza al escuchar hablar de sexo a dos mujeres y un hombre mientras cenaba en un restaurante.
Me perdono a mi mismo por haberme permitido y aceptado temer que Y se de cuenta que estoy avergonzado al escuchar lo que hablaban y empezara a molestarme indirectamente.
Me perdono a mi mismo por haberme permitido y aceptado a mi mismo tener vergüenza cuando X le dijo a Y que dejara de hablar de sexo diciéndole que se calle ya que yo estaba en la mesa contigua.
Me perdono a mi mismo por haberme permitido y aceptado tener vergüenza porque estuve escuchando cuando otras personas hablaban de sexo.
Me perdono a mi mismo por haberme permitido y aceptado sentir vergüenza cuando escucho a hablar otros de sexo ya que por las palabras que emplean y la resonancia de dichas palabras utilizadas percibo que el sexo es impuro, cochino y a su vez es como me siento al escucharlo e interpretarlo en mi mente.
En y cuando me vea a mi mismo interpretando que cuando se habla de sexo es cochino e impuro me detengo y respiro ya que me doy cuenta que estoy interpretando en mi mente es decir juzgando lo que otras personas dicen y sacando conclusiones generando conflicto dentro de mi mismo y mi cuerpo físico humano.
Me comprometo a mi mismo a traerme de nuevo hacia el respiro cuando me vea a mi mismo juzgando el tema de sexo hablado por otras personas así permaneciendo en y como lo físico soy uno e igual a mi cuerpo físico humano viviendo en sentido común, en honestidad como uno mismo, considerando lo que es mejor para todos.
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